La profesión docente: Un pulso al fracaso

Hoy en clase hemos visto el documental Un pulso al fracaso como herramienta para reflexionar acerca de las Funciones Docentes que la ley asigna a los docentes y formadores.

En él se define el fracaso escolar como la incapacidad de un adolescente para alcanzar el nivel de rendimiento académico esperado para su edad, matizando que la exigencia del sistema educativo excluye a adolescentes con diversos problemas, ya sean de carácter emocional, psicológico o relacionados con el aprendizaje.


Uno de cada cuatro adolescentes abandona los estudios antes de los 18 años, 
siendo España el segundo país con más fracaso escolar de Europa, lo que podría 
poner en entredicho el ideal de igualdad de oportunidades que se pretende enarbolar.

Para dar una alternativa e estos jóvenes se crean los "centros de segunda oportunidad" en los que se da más importancia al individuo sobre la mera transmisión de conocimientos.

Juan Antonio, Odei y Ainara son los tres alumnos elegidos para mostrar la realidad que el documento quiere presentar. A través de sus experiencias en estos centros educativos se articula una crítica a la educación tal y como está concebida actualmente, particularmente debido a su rigidez y a su orientación a la transmisión del conocimiento más que a la educación profunda y desarrollo de los adolescentes.

Como se indicó al principio, en la clase de hoy el objetivo era acercarnos a las funciones que la Ley encomienda e los docentes. En mi caso me centraré en el punto c) del artículo que indica que "La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias."

En mi opinión las todas las funciones docentes enumeradas en el artículo tienen sentido y una intención clara de conseguir que todo alumno finalice satisfactoriamente su proceso de aprendizaje. En la práctica considero que el contexto y medios con que los docentes cuentan para poner en práctica todas esas funciones que se les atribuyen, hacen que la tarea se convierta en poco menos que una utopía.

Empezando por el tamaño de los grupos a los que se enfrentan que hacen difícil prestar una atención individualizada y adaptada a las características personales de cada alumno, pasando por la falta de medios tanto económicos como de otra índole y finalizando con la falta de consenso a la hora de definir una legislación que favorezca la implantación de un sistema educativo duradero y de calidad, provoca que chavales que cuentan con problemas de adaptación como los que nos muestra el documental queden fuera y que los docentes no puedan hacer frente a todas sus funciones, o no hacerlo con los resultados que ellos desearían, quedando como única alternativa para estos jóvenes centros como los mostrados en el documental.

Para terminar, mi opinión es que se puede y se debe promover un sistema educativo donde todos tengan cabida y la oportunidad de finalizar su formación y desarrollar sus competencias, pero para ello hacen falta cambios consensuados y mayor implicación de todos los actores sociales que se articulan alrededor de los centros educativos. No está todo perdido pero nos queda mucho por recorrer.





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